La Florida, 8 de setiembre de 1989
SOR MARÍA DELIA
LIMA
Muy querida Hna. Provincial:
Mil gracias por toda su delicadeza y cariños, para mí es realmente una alegría recibir su cartita, es un aliento para seguir trabajando en este pueblo querido y ofreciendo nuestras pequeños cruces y plegarias a Jesús por la Congregación, las vocaciones y por nuestra patria.
Hna. Delia quiero agradecer de uno manera especial por el gran regalo de la presencia del Padre Raúl. Nunca pensé gozar de esta sorpresa; para mí personalmente es uno gracia; porque he abierto los ojos con los padres redentoristas en mi tierra, he recibido tanto apoyo poro realizar mi vocación.
¡Se imagina! Tres semanas de Eucaristía en este lugar la gente muy contenta, aunque ellos son fríos de por sí, son realmente de la selva; han correspondido a su presencia, gracias a Dios.
El día 2810 pase lindo, tempranito la misa 'comunitaria"—qué más regalo del Señor-, aproveché de ofrecer la misa portadas las personas que oraban por mí. Ese día, mis hermanos, no sé a qué hora o no han dormido para arreglar el comedor; todo hermoso, así como lo hacen siempre. Lo más importante era en ese momento las sorpresas en la mesa. Lo primero busqué el sobre de la Sede Provincial para saciar mis ansias de dar lectura a lo contenido, etc. etc. Mil gracias para cada una de nuestras Hnos. Teresa y Antonieta, en especial a la "mamá". Agradezco la invitación que me hace para ir a Lima. De mil amores lo haría, pero se interrumpe el trabajo y además no estoy tan grave, hemos quedado con Jesús que Él se encargue de este asunto, mientras yo hago lo que me toca a mí.
En cuanto a lo espiritual me voy a pasos agigantados, parece que fueran los últimos días de mi vida, de manera que tengo que aprovechar el tiempo que vuela, de lo contrario me presentaría con las monos vacías en la eternidad. El señor es demasiado delicado. Le cuento, un día en lo meditación me hizo recuerdo de la "ilusión" grande que tenía cuando descubrí mi vocación de ser religiosa: era trabajar en la selva; de esto han pasado años y me digo el Señor me ha traído para darme gusto antes de morir y o la vejez, en fin, soy arcilla entre sus manos".
Volviendo al padre Raúl, estamos muy agradecidas, sólo no hemos podido atenderlo como quisiéramos, hemos hecho lo posible, estarnos eternamente agradecidas por su compañía,
Delia, yo soy muy amante de los sacerdotes. He tenido tantas ocasiones de compartir sus experiencias con ello sobre todo cuando trabajaba en la lavandería.
Mala noticia: Los compañeros han entrado por segunda vez, han declarado zona de apoyo a La Florida. Durante esta última visita han dejado 2 muertos. Ya el Padre le contará detalladamente.
Nos encomendamos a sus oraciones. Estamos en las manos de Dios. Todas quedamos muy unidas en la oración, gracias por los últimos recuerdos, hemos reflexionado sobre estos temas en nuestro Retiro y terminamos en la Eucaristía
Hasta pronto que el Señor la colme de mil gracias y bendiciones y lo ayude en su trabajo.
La más pequeña de sus hijas la abraza con todo cariño.
Sor Maria Agustina.