Juntos somos más

Artículo por el Asociación Equipo Solidaridad,
Provincia de España.

 

Hacia mediados de los años 80, la Congregación llegaron a Badajoz, España, para luchar contra la exclusión social tan fuerte como había en el lugar. Se asociaron con laicos y otros grupos de la Iglesia para fundar la Asociación Equipo Solidaridad, una ONG sin ánimo de lucro que trabaja con colectivos necesitados de un especial apoyo para acceder al mundo laboral y participar activamente, desde su propia identidad, en la sociedad.

 

Este proyecto de inserción sociolaboral para colectivos excluidos o en riesgo de exclusión se centra en el fomento de valores que favorecen la interculturalidad y el desarrollo de acciones formativas que potencian la inclusión social y laboral, respetando la diversidad de las personas a las que apoyan.

 

Actualmente participan en las actividades del proyecto unas 60 mujeres de diferentes países, culturas, lenguas y religiones... todas unidas para mejorarse y empoderarse. Una de estas mujeres es Patricia, de Perú. Al saludo que, como cada día, les dirige Maria Luisa, profesora del proyecto, Patricia responde con la pregunta: “¿Cuándo empezarán las clases del saber y podremos abrazarnos con libertad?

 

Unidas frente al virus para llevar adelante los proyectos de vida hacia horizontes nuevos, durante el tiempo de pandemia, la asociación ha tenido que adaptar a la nueva situación trabajando los contenidos de los talleres de otra manera, al siguiente:

 

  • Formativos y laborales, mediante videoconferencia impartida por una participante en el proyecto, animando a la aplicación práctica en sus trabajos de lo aprendido en atención a dependientes y proporcionando espacios para la resolución de dudas.
  • Apoyo y refuerzo al taller infantil, incluyendo cuentacuentos por videos.
  • Salud y el de disfruta de tu ciudad y entorno, de forma virtual y a través de videos.
  • Tolerancia y cultura, celebrando días especiales, tradiciones o creencias personales (semana santa, ramadán, día del padre o de la madre, días internacionales, etc.).

 


Algunas de las mujeres que asisten a las actividades o talleres aludidos.

En particular, el equipe se ha enfocado en:

 

ESCUCHAR sus angustias y sufrimientos, miedos e incertidumbres, esperanzas y luchas… acrecentadas por el encerramiento y aislamiento social, la falta de contacto físico y presencial, la distancia de sus familias (muchas migrantes), la dureza de sus trabajos (internas con complicados ambientes laborales), sin posibilidades de venta informal (etnia gitana) o de asistencia domiciliaria por horas, la impotencia para aliviar cargas a los suyos sufriendo la pandemia en sus lugares de origen, etc.
 

INFORMAR sobre medidas de protección y seguridad COVID-19, situación administrativa de sus trámites, acceso a ayudas derivadas del estado de alarma, etc.
 

EMPODERAR por medio de un saludo diario que se ha convertido en un nuevo taller de fortaleza mental y emocional que ha visto la luz en este tiempo, manteniendo contacto vía WhatsApp: mensajes de ánimo, vídeos y música para alimentar la espera y dar esperanza.
 

ACOMPAÑAR sus situaciones de vulnerabilidad agravadas por la crisis social que trae la pandemia frente a procesos de desahucio, denegación de ayudas vitales, regularizaciones administrativas, aislamiento en casa sin poder trabajar o haciéndolo con miedo a ser multadas (migrantes, especialmente), compartir enlaces de demandas de empleo, dar referencias a empleadores, etc.
 

REFORZAR el apoyo a las madres en su proceso formativo y a los menores en sus tareas escolares. El trabajo en red para dar respuesta rápida e integral a sus necesidades. La vivencia práctica de nuestros valores: Igualdad, libertad, tolerancia, inclusión, solidaridad global, compromiso, etc.
 

PROTEGER sus derechos procurando el acceso a alquileres solidarios, adecentando viviendas, el acceso a la salud y asistencia médica, no garantizada al perder sus empleos y no tener o no poder mantener su situación administrativa regularizada.
 

AVANZAR contenidos de los talleres programados (teletrabajo, vídeos etc.) con participación de las beneficiarias en desarrollo de contenidos. Protocolos de protección frente al COVID 19 al reiniciar el trabajo presencial. Nuevas respuestas ante nuevas necesidades detectadas como: la conciliación para mujeres del proyecto, solas con menores a cargo (campamento urbano durante los meses de verano). Espacio cooperativo relacionado con la economía verde que mejore la empleabilidad y la alimentación saludable, el desarrollo de la ciudadanía inclusiva y responsable, el cuidado y la sostenibilidad medioambiental, etc.
 

PROMOVER los lazos de amistad y de familia, desarrollando espacios emocionales seguros y de cuidado mutuo. Y la igualdad de oportunidades, por ejemplo, facilitando el acceso a internet: De los niños a las tareas escolares, ya que muchos no se lo pueden permitir, no tienen ordenadores y/o no pueden imprimir las tareas que les envían los profesores para trabajar en casa. De las mujeres para realizar trámites online, presentarse a ofertas de empleo, envío de CV, respuestas varias y trámites ante la administración, etc.
 

PREPARAR el regreso protegiendo a voluntarios y participantes del proyecto.
 

CELEBRAR, sí, también es tiempo de celebrar, sacando energías de la adversidad. Celebrar todo lo que esta pandemia nos está enseñando, haciendo que fluya la mejor versión de nosotras mismas. Celebrar las vidas de todos los fallecidos y por tantos sacrificios, no olvidando lo aprendido: Juntos somos más.

 

Además, en asociación con este proyecto, un equipo de dos hermanas y dos laicos realiza otro proyecto promocional en la misma ciudad que suma formación para el empleo en la rama textil. En este proyecto, otras 20 personas en riesgo de exclusión aprenden destrezas laborales en el taller de corte y confección industrial, diseño y moda. Aquí, también atenden a sus hijas e hijos menores de entre 3 a 10 años en el taller infantil, mientras las mujeres asisten a las actividades. Aunque este taller también está suspendido desde el comienzo de la pandemia por seguridad. En 2014, este proyecto ha recibido un reconocimiento nacional por sus buenas prácticas.

 

Estos dos proyectos completan la labor de promoción que realiza la Congregación en la Comunidad de Badajoz, España, con adultos vulnerables. Son proyectos con un enfoque holístico, basado en Derechos Humanos que durante la pandemia se han acercándose a las mujeres de otra manera para sostenerse en la lucha cada día.